María sufrió violencia sexual y fue explotada sexualmente desde los 15 años. Junio 2013.
“Mi padre era peor que mi pareja, porque primero era todo hermoso... Después empezó a verme con otros ojos, hasta que abusó de mí, mi verdadero padre. No tendría que abusar de mí, tendría que quererme y valorar la hija que tiene. Nunca lo denuncié porque nadie me iba a creer. Éramos padre e hija de la puerta para afuera. Nadie te da una mano y nadie va a agarrar una gurisa menor con un bebé. Empecé a salir con una persona y después inventé que yo trabajaba en un edificio y empecé a trabajar así. Junté plata y me vine para mi cuidad. Nadie me creía. Como mi madre lo tenía en un pedestal porque él estaba en Punta del Este, nadie me creía, dijo que eran bobadas mías... Se me terminó la plata y mi propia tía me dijo: ‘Te voy a llevar a la whiskería’, yo tenía 17 años”.